El otro día haciendo zapping vi unas imágenes que aun me están impresionando. Salía una chica que se llamaba Sabrina y que todo su cuerpo era silicona, pero a niveles industriales. Tendrían que haber visto que tamaño, esa chica no tenía tetas tenía dos globos aerostáticos. Es que yo creo que a esta chica le inyectan la silicona con surtidor como a los coches. Yo imagino que debajo de cada teta y en el culo tendrá un agujero, y solo tiene que ir al cirujano y allí la llenan. Sera algo así como:
Cirujano: ¿Que va a ser? ¿lo de siempre?
Sabrina: Si si, 30 euros de sicodiesel.
Y le meten el surtidor y así hasta una nueva operación. A mi quien me da pena es el novio, es que como un día estalle aquello le sale un pezón disparado y lo mata. En su epitafio pondrá "Aquí yace el primer hombre que murió empezonado"
Aunque todos la verdad alguna vez nos hemos operado de algo, yo por ejemplo soy uno de ellos. Hoy voy a confesarles algo que no me deja vivir, además mi psicólogo me ha dicho que lo haga. Es que resulta que yo nací con... uf que duro se me hace este momento... pues nada que nací con dos agujeros en el pene. Si como lo oyen, vaya que disparaba para dos lados. Con la mala fama que tenemos los hombres de no apuntar bien, pues ya se pueden imaginar como fue mi infancia.
Al principio mis padres no se dieron cuenta, y eso que lo manchaba todo. Ellos se pensaban que era la edad y que con esa actitud marcaba territorio como lo perros. Llegaban al baño y decían "mira el niño ha vuelto a marcar territorio". Y yo mientras tanto lo sufría en silencio a mis 4 añitos. Pero no se crean que me deprimí, como veía que no había forma de atinar en el aro empecé a probar nuevas formas de hacerlo.
Así que pase del típico dispara, y le puse un poco de marcha al asunto. Comencé a mover la cintura para ver si de esa forma hacia diana. Tenían que ver que movimiento de cintura, hasta me ponía un cd de salsa más que nada para darle ritmo a esos momentos tan íntimos.
Pasaron los meses y mis padres pensaron que ya se había acabado el asunto de marcar territorio. Pero no, yo seguía con un agujero en el medio y el otro mirando para cuenca. Para no aburrirme, añadí un hulajop a mis bailes delante de la taza. Con que ritmo movía el hulajop, con 5 años bailaba como nadie la conocida "danza del orín" que fue creada por mí. Además perdía una de calorías... ni wii fit ni gimnasio la "danza del orín" era el remedio contra la obesidad
Pero un día todo se acabó, antes de entrar a la ducha me puse a darle al hulajop y justo entro mi madre. Imagínense la escena, yo desnudo, meando y moviendo el hulajop, mi madre no dejaba de mirarme preguntándose que habían hecho mal conmigo. Así que dejé el baile, el hulajop y volví a marcar terreno, y claro como no perdía calorías mi barriga creció y creció hasta alcanzar el tamaño de una teta de Sabrina.
Luego vino otro problema, y es que como todo hombre al crecer, me aumento la presión de mí mis partes bajas. Vamos que pasé de lo que sería el gota a gota en el mundo del riego, a la manguera de los bomberos y no solo por la presión, que en aquella época ya calzaba bien. Yo era el nacho Vidal de parvularios, y además con doble arma de tiro. Pero un día mis padres me llevaron al médico hartos de mi mala puntería y me operaron. Pase de tener dos agujeros a tener uno pero grande. Vaya que hicieron conmigo un trasvase de agujeros ahora que están tan de moda, pese a que mi organismo no lo acepto del todo. Me costó tiempo y paciencia no manchar la tapa.