martes, 27 de noviembre de 2007

CESTA SORPRESA

Seguro que muchos de ustedes están ansiosos por ver el regalo que les tiene preparado su empresa para este año. La mayoría recibirán una de esas magnificas cestas de navidad. ¡Que maravillosas son! ¿eh? Que llegas a casa con la ilusión de ver si el tacaño de tu jefe este año se ha estirado más en el surtido. Pero al abrirla te das cuenta que como esperabas todo sigue igual, allí ves esa tableta de turrón de jijona de una marca que no la conoce ni su madre. A su lado como familiares que son, se encuentra la tableta de chocolate, y no es de ese tipo que ustedes creen. Este también deja secuelas, pero en la mayoría de casos las puedes eliminar durante varias horas en el lavabo. Ya que tu jefe más que una barra de chocolate, ha escogido un laxante, porque tiene toda la pinta de ser del que sobro el año pasado.

Pero una vez has visto comida vas directamente a lo importante, ¡la bebida!. Tus esperanzas depositadas en el enano calvo de tu jefe, están a punto de acabar al ver la marca de las botellas . Primero de todo te encuentras con una de whisky que se llama "m&b"(posiblemente sus siglas signifiquen "mierda en botella") que no es más que una copia pirata del mítico jb . Pero este a diferencia del caro, tiene un color algo sospechoso, así que por mayoría absoluta decidís en casa reservarla para cuando venga algún auto invitado y te diga la típica frase de "anda ¿porque no me pones un cubata?". Pues este año por fin podrás cumplir lo que todos los años le dices de "vale vale, te vas a cagar con el cubata que te voy a hacer". Este no sale del lavabo, ya veréis.

Una vez descartado el whisky, buscas el champán. Esa bebida que acompañara tus horas más felices de la navidad, y que el capullo de tu jefe las ha amargado y nunca mejor dicho, con un champán que parece aguachirri. Así que te ves en la obligación de dejárselo a los pajes de los reyes, que el año pasado te dejaron perdida la cocina. Imagino que el chocolate de la anterior cesta también tenia efecto laxante y los pobres animales no se aguantaron.

Después de acabar de ver las típicas olivas, los berberechos, el melocotón... no te queda otro remedio que odiar a tu jefe. No tiene bastante con pagarte una mierda de sueldo, que encima te hace cargar con aquella caja de cartón con una decoración que asusta. Para luego llegar a casa y encontrarte que así es como te agradece tus horas de entrega. Encima se ha permitido el lujo de dejarte la típica carta agradeciendo tus esfuerzos. Imagino que cuando dice lo de esfuerzos, se referirá los que hemos hecho mis compañeros y yo para que se pueda comprar el Ferrari rojo que tiene aparcado en la puerta. O bien para pagar la casa de la playa de Sitges.

Por eso este año aun estoy pensando que hacer con la cesta, tengo dos opciones:

A. Tirarse a la cara y ver si realmente esa cabeza tan inmensa que tiene es resistente a los golpes

B. Llevar su Ferrari al desguace para que se lo dejen a tamaño cesta. Y poder ir a llevársela y decirle "Aquí tiene este detalle para agradecerle sus esfuerzos realizado ¡enano!"

Bueno creo que mejor lo pensaré, no vaya a tomarme los turrones rancios en algún calabozo. Aunque pensándolo bien me gustaría ver la cara que pondría con lo del Ferrari...

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