Como se nota al salir a la calle que ha llegado el frío. Esta llegando la hora de quitarle el polvo a esas chaquetas que ansiosas han esperado este momento. Todo parece perfecto, tu te tapas del frío y ellas son liberadas de ese armario que huele a cerrado y en cual conviven con tu primo. Hasta que te la pones y descubres que no te cabe.
¡Claro! durante todo el verano no has hecho otra cosa que comer helados, y ahora llegan los problemas. Tu amada chaqueta no te entra, lo primero que se te pasa por la cabeza en ese momento es que ha encogido. Es lo que piensan todas las personas que no aceptan que han cogido unos quilitos de más. Le echas la culpa a la chaqueta cuando tu has sido el que se ha comido los mágnum de dos en dos. Pero ella tiene la culpa, por alguna extraña razón el armario este año ha encogido la ropa, así que después de los análisis pertinentes das por finalizada la investigación, con la conclusión de que el olor a cerrado es el que ha provocado que se encoja la ropa.
Así que sin chaqueta y luciendo tus amados michelines, sales a la calle.
¿Y cuales son los primeros síntomas de no ir abrigado? Pues que la piel se te pone de gallina y algo en tu cuerpo se endurece. Si, una parte que siempre vive escondida y que sobresale del cuerpo. Algo que puede llegar a triplicar su tamaño cuando se pone duro. Como ya imagino que sabrán, les estoy hablando de los pezones.
Si los pezones, esos pequeños trozos de carne que viven en tranquilidad hasta que el frío les molesta. Y cuando les molesta, como se ponen ¿eh? que tú vas por la calle y ves a gente que los va marcando con orgullo. Un amigo mío fue con su novia un día de compras, y como no iban muy abrigados ya se pueden imaginar que les pasó. Como llevaban tanto el como su novia aquello bien marcado, la gente se pensó que era un colgador. Y en un momento se encontraron con que tenían varias perchas colgadas. Es que tendrían que ver a mi amigo y a su novia, ¡eso no son pezones! ¡eso son bates de béisbol!. De pequeño jugábamos con el a los toros, y ya se puede imaginar quien hacia de toro...unas cornadas que pegaba.
Pero de verdad que esto de disimular los pezones es el gran problema que existe si sales poco abrigado. Aparte de ser una parte del cuerpo, que según que personas no pueden dejar de mirarte. Sobretodo si es una mujer la que los lleva marcando. Pero que quieren que les diga, llevarlos así es provocar. Sino piensen en Yola Berrocal, a esa mujer se le ponen duros y parece que en lugar de pechos lleve dos balones de esos con cuernos con los que juegan tanto los niños. Es que no se puede ir así, hay que controlar como se sale a la calle.
Ayer mismo iba en el metro en hora punta y habia unas 10 personas por metro cuadrado . Y claro como no me pude poner la chaqueta por lo que les conté, pues ya se pueden imaginar donde se agarraba la gente. Yo allí pidiendo por favor que me los soltaran, que aquello era mío y no servia para agarrarse. Pero todo el mundo pasaba de mi, hasta un abuelito colgó su garrota en el. así que cuando baje de la parada arrastre conmigo a medio vagón. Me acompañaron a trabajar, porque como estaban dormidos ni se dieron cuenta. Lo malo fué cuando llegue al trabajo, y le tuve que explicar a mi jefe quien era toda esa gente. Por suerte en ese preciso momento en una televisión ví a Sara Montiel y todos mis compañeros de metro acabaron en el suelo. Volvieron a su estado natural en décimas de segundo.
Por eso yo les quiero recomendar que si salen de casa sin abrigar, tengan cuidado con el tamaño de la camiseta. Que los pezones son muy traicioneros, sobretodo con gente a tu alrededor...
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