miércoles, 21 de noviembre de 2007

PITOS CON CONTRATO

El silencio es uno de los mejores aliados para esas horas de sueño. Tu llegas cansado del trabajo, te tumbas en tu sofá y acompañado del silencio puedes relajarte durante horas. Bueno si te lo permiten los amigos del ruido, aquellos que para llamar nuestra atención utilizan sonidos que hacen que saquemos el asesino que llevamos dentro. Por segundos solo tenemos en nuestra cabeza las palabras sangre y muerte. ¿y quienes son los culpables? Pues los de siempre, pero empecemos por uno de los más veteranos, el afilador.

Al pronunciar su nombre parece que hablemos de algún asesino en serie, pero no, el lo que hace es crearlos. Un hombre que se pasea normalmente en bicicleta y que con un instrumento de aire nos saca de nuestras casillas. ¿Su propósito? afilar nuestras tijeras y cuchillos. A mi más de una vez me ha entrado ganas de bajar con unas tijeras, pero no precisamente para que me las afiles. Es que cuando estas más tranquilo en casa, aparece el. Y no respeta ni los domingos, claro pone la excusa que cualquier momento es bueno para afilar, pero realmente nos quiere fastidiar nuestras horas de sueño. Menos mal que desde que aparecieron los cuchillos chinos ya no hace falta llamarle. Gim shu se llamaban o algo así, que podías cortar con ellos árboles, puertas, piedras etc... vamos una maravilla, pero imagino que al ser tan fuertes les daba pereza cortar la carne, porque no había manera de que eso la cortara.

Dejemos de lado al afilador, para hablar de otro clásico entre los clásicos, el butanero. Este también esta en peligro de extinción, aunque sigue atacándonos con su sonido peculiar. Suele ser un hombre que según varias leyendas urbanas mete en las casas algo más que las bombonas. Es más, cuando un marido acusa a su mujer de que el hijo que han tenido no es suyo, siempre el padre es el butanero. No sé como se lo monta para mantener a tantos niños, pero según mis cálculos solo en mi barrio podría ser el padre de más de 20 niños.Aparte que todo el mundo dice que gasta un tamaño grande, y no les estoy hablando precisamente de la bombona.
Este buen hombre aparte de despertarte con su musiquita, siempre se lía a cantar una canción mientras sube la bombona, el éxito de toda escalera que se titula " el butaneeeeeeeerooooooooo". Que entra unas ganas de decirle "Mira tu, ya me he enterado que estas por mi calle, no hace falta que me demuestres que también sabes berrear".
Además que yo no sé de quien viene esa leyenda, porque la mayoría precisamente Bradd pitt no son. Quizás la típica frase que se dice de "te han hecho un bombo" venga de bombona, con tanta fama que tiene...

Luego tenemos al pesado del carrito. Ese ser que reparte propaganda con un carro y que pica a todos los timbres habidos y por haber. Y tu cuando estas descolgando el telefonillo ya sabes quien es. Así que no te llevas una sorpresa al escuchar por él:"¡correo comercial". Mira que has puesto bien claro en la puerta "en esta escalera no se admite publicidad". Pero no, a el o a ella no le basta, y tiene que picar a tu timbre. ¿Para que? Pues para dejarte una carta de esas que pone por fuera que son súper importantes y urgentes. Y que luego resulta ser la típica en la que te dice que te ha tocado algo, pero tienes que ir el día tal a tal hotel a recogerlo. Vaya que te quieren comer la cabeza con algún producto. Pues estas personas del carrito, son de las más numerosas y cuentan con un gran numero de efectivos. Se reproducen por días y cuando vas por la calle ya no sabes si es alguien que viene de compras o es el pesado de la publicidad. Así que por eso te controlas y no cometes ninguna locura con el cuchillo chino que compraste en el teletienda y que solo sirve para cortar árboles o piedras.

Y no podía acabar sin acordarme del vendedor de la furgoneta. Que se pasea sobretodo durante el verano vendiéndonos colchones o melones.
Esta persona es un destroza ilusiones. Llega a tu calle empieza a tocar la bocina y a gritar "¡Traigo melones grandes y maduros!" Pues tendrían que ver a todos los solteros de mi calle asomados al balcón pensando que un milagro acaba de suceder. Salen babeando deseando ver otra cosa alejada de la realidad. ¡si es que no se puede jugar así con la ilusión de la gente!. Eso si, el mismo tio te viene otro día y te vende unos colchones que son lo mejor de lo mejor. Lo Mónaco a su lado es un cojín barato de ikea. Unos colchones que hay que reconocer que soportan todo tipo de golpes, porque con la de baches que hay en mi calle ya es un milagro que lleguen tan bien.

Los ruidos son un problema que ojala algún día se solucione. Yo por si acaso voy a ponerme mis tapones último modelo que dice que con ellos no se escucha nada. Ya les contare que tal van, aunque me parece estar escuchando al del butano ¡no! ¡ese ruido me persigue! ¡que salga de mi cabeza, que salga de mi cabeza!...

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