jueves, 5 de julio de 2007

YO LO VI PRIMERO...
















Una de las mejores épocas para los comerciantes son las rebajas. En ellas encuentras “gangas” de todo tipo. Si si, esas bajadas de precio tan espectaculares. Resulta que una chaqueta de 300€ pasa a valer 50€. Nosotros los hombres, no olemos este tipo de ofertas. Pero si hay unas personas que se saben los descuentos de todas las tiendas, lo último en tendencias, la nueva temporada en ropa del zara… esas son las novias.


Quien tiene una novia tiene un tesoro, pero un tesoro lleno de ropa. Yo creo que en sus habitaciones tienen una puerta a un pasadizo secreto que da a otra habitación llena de ropa. ¿Pero saben para que la tienen? Para que no les podamos decir eso de “ya tienes mucha ropa…”.

Porque ellas te miran y te piden que les acompañes a comprar, pero realmente te están invitando a ser parte del jurado a la hora de elegir al finalista en la categoría de “mi bolso para el verano”. Yo siempre he creído dos cosas de las novias, una lo de la habitación oculta y la otra que en el fondo son inspectoras de tiendas de ropa. Es que sino es así, no entiendo porque quieran verlas ¡todas!

Porque además si por casualidad no sales de casa con ella, y decides quedar en el centro comercial directamente ¿Dónde quedas? Pues delante de una tienda de ropa. Ellas lo hacen porque como saben que llegaramos antes, de esa forma nos vamos concienciando que hoy toca compras. Y allí comienzan la revisión de tiendas, en la misma donde habéis quedado. Y tú mientras ella mira, te empiezas a dar cuenta que toda la ropa es exactamente igual en todas las tienda.
Nosotros no notamos la diferencia entre esos zapatos de 4 cm de tacón y aquellos de 3. ¿Pero saben porque no vemos la diferencia? ¡Porque son iguales! Y como ellas lo saben, te ponen a prueba. Se acercan a ti y te pregunta ¿Cuál te gusta más el negro o el blanco? Y tu interior no paras de repetirte ¡pero si son iguales!
Pero claro tu no le puedes decir eso, así que te encuentras en una situación difícil, te toca ejercer tu labor de jurado.
Si le dices que el negro, te preguntara ¿seguro que no te gusta más el blanco? así que optas por hacerlo a cara o cruz. Y efectivamente, consigues convencerte a ti mismo que te gusta el negro, y se lo dices. Ella te mira, los vuelve a mirar y como ya esperabas te pregunta ¿seguro que no es mas bonito el blanco? así que finalmente ni blanco ni negro, decide continuar inspeccionando la tienda.

Pasan 2, 3, 4, 5 horas…y ella sigue y sigue mirando. Lo bueno que tenemos los hombres es que nos conformamos con poco. A nosotros nos da igual llevar puesta la camiseta que te han regalado en los colmados loli. Y que además la luces con orgullo. Pero ellas no, algo en su interior no para de decirles “compra mas y mas y mas y mas…”.

Cuando dicen en la tv que cada vez hay más compradores compulsivos, ¡son ellas las que hacen sufrir las cifras! ¿Cuántos hombres conocen que sean compradores compulsivos de ropa? Pocos…y los que hay lo son porque sus novias le han lavado el cerebro. Yo tengo un amigo al cual le ha sucedido, que de tanto ver comprar a su novia, al final se le ha pegado. Por eso se dice tanto eso de “los duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición”. Un refran que nació en una tienda de ropa…

Luego esta el tema de los probadores. No hay nada peor que quedarte esperando en la puerta, a que ella salga para decir si le queda bien. Porque te encuentras en la misma situación que cuando tuviste que elegir entre el negro o el blanco. Si le dices que le queda bien, ella dirá que no. Y si por el contrario le dices que no te gusta, te dejara de hablar durante todo el día. Eso si no te manda a buscar otra talla. Eso si es un problema, buscar otra talla. Tu durante el tiempo que ella miraba, ni te has fijado donde ha cogido toda las prendas. Y ahora te toca buscar esos pantalones, en una tienda llena de ropa y gente.
Así que sales como si fueras india jones en busca del arca perdida. Por el camino te encuentras a 5 mujeres pegándose y diciendo “yo lo vi primero”. Una gran pelea, mientras la primera le pega con el tacón del zapato a la segunda, otra le ahoga con el sujetador a una tercera, que a su vez golpea con un bolso al estilo madre de Tamara a una cuarta, mientras la cuarta y la quinta, se intentan pinchar, una con unas pinzas y la otra con un lápiz de ojo. Es lo que provoca las rebajas...

Pero te da igual, tu sigues en busca de la prenda perdida, y cuando la has encontrado no queda de su talla. Tienes que volver pensando en como se lo explicas, así que te toca rezar a todos los santos para que ella no se enfade. Menos mal que cuando vuelves, esta tan harta de esperar, que decide ir a otra tienda.

Lo mas importante de acompañar a tu novia, es que en el viaje ves a compañeros como tu, que su cara de sufrimiento lo dice todo. Hombres que lucen su camiseta de colmados loli con orgullo, Machos que llevan los mismos pantalones que el día que conocieron a su novia, ósea hace 10 años. Y al ver esa imagen, sabes que no estas solo, y que tu sufrimiento es apoyado por muchos.

Un sufrimiento que finaliza 12 horas después, con tus manos llenas de bolsas. Y Con todo el cuerpo lleno de heridas de luchar contra medio centro comercial, por conseguir esa ultima oferta en ropa. Pero con la satisfacción de que se ha gastado todo el sueldo, y que hasta el mes que viene no puede volver a comprar.

Así que hombres de mundo, unámonos. Y luchemos para que el gobierno elimine las rebajas y reduzca las licencias de tiendas de ropa. Nuestros hijos y nietos siempre nos estarán agradecidos…

No hay comentarios: